Siamés

GATO SIAMÉS
Los gatos siameses son originarios de Siam (hoy Tailandia) donde se guardaban en los templos. Alrededor de 1870, se llevaron a Inglaterra, donde fueron criados. Más tarde llegaron también a América y al continente europeo, donde se continuó la cría. Una característica típica de los gatos siameses son las manchas oscuras en las orejas, las patas, la cola y la cara. Estas manchas eran marrones en los gatos siameses originales pero, por medio de intervenciones en la cría, la paleta de colores de las manchas fue ampliada a dieciocho tonos. La diferencia en el color de las manchas y el pelaje del cuerpo tiene que ser clara, los dedos deben ser blancos. El gato siamés tiene un cuello y cuerpo largo y delgado. Las patas son pequeñas y ovaladas, la cola es larga, recta y acaba en punta. La cabeza tiene forma triangular, con una nariz bastante larga y mandíbulas bien desarrolladas. El pelaje es muy corto y fino.
La belleza de estos gatos contrasta con su voz alta y estridente, que se oye sobre todo durante la época de celo. En estos momentos, los gatos pueden llegar a ser tan molestos que deben ser castrados. Su temperamento es imprevisible, pueden mostrarse mansos e inmediatamente después malhumorados y agresivos.
La belleza de estos gatos contrasta con su voz alta y estridente, que se oye sobre todo durante la época de celo. En estos momentos, los gatos pueden llegar a ser tan molestos que deben ser castrados. Su temperamento es imprevisible, pueden mostrarse mansos e inmediatamente después malhumorados y agresivos.
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